¡Hola! Bienvenidos a The Pop Type, mi rincón particular sobre actualidad y cultura pop.
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Hoy os traigo un tema que me gusta mucho: las series y las pelis.
Dejo que el resto lo descubráis vosotros mismos.
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¿Os acordáis cuándo en el cole estudiábamos las tres R? ¿Eso de “reciclar, reutilizar y reducir”? Pues todo evoluciona en esta vida. Si antes usábamos las tres erre para hablar de ecología, ahora la industria de la televisión y el cine se lo ha apropiado en mayúsculas. Y literalmente, casi. Luego explico por qué.
Si echamos un vistazo a las parillas televisivas o a las carteleras de cine, parece que hemos viajado en el tiempo y hemos vuelto a los 80, a los 2000, o a la década pasada. Aunque no sean algo nuevo, en los últimos años, los reboot, revival y remakes han pegado un estirón impresionante.
Quería hablar de esta tema en la newsletter porque cada vez que veo un tweet anunciando la vuelta de x serie o peli, mi timeline de twitter se vuelve el meme de la drag queen Jasmine Master diciendo: “Again? A-fuckin'gain... Nothing new, nothing changed. Same old shit, same. old. fucking shit!”.
Así que por eso estoy aquí.
La fiebre de las (nuevas) tres R (porque me lo acabo de inventar yo, básicamente), de los últimos años ha llegado a hacer preguntas como: ¿está Hollywood sin ideas? ¿Está la industria creativa falta de eso, creatividad? Pero antes de ponernos a responder preguntas vamos a empezar por el principio. ¿Qué es cada cosa?
Revival (o reutilizar). La más usada en series, es volver a dar vida a un proyecto que terminó hace tiempo. Su vuelta lo suele hacer con una trama parecida, y los mismos o la mayoría de los personajes.
De ejemplos tenemos Las 4 estaciones de las chicas Gilmore o Twin Peaks. En España últimamente de esto tenemos para rato. De eso hablamos luego.
Remakes (o reciclar). “Volver a hacer”. Y con eso bastaría para explicarlo.
Como ejemplo tenemos todos los live-action de Disney de los últimos años: La Bella y la Bestia, Cenicienta o Mulán, estrenada el pasado 4 de septiembre en Disney + Premium. En este saco también se incluyen las mil versiones nuevas que han salido de clásicos como la magnífica Mujercitas (Greta Gerwig, 2019), Emma (Autumn de Wilde, 2020) o The Witches (Robert Zemeckis, 2020) estrenadas ambas hace menos de un mes.
Reboot (no es reducir, pero no quedaba otra). Significa literalmente ‘reiniciar’. El reboot es la versión propia de una historia ya existente. En él se puede modificar el argumento, la época, los personajes o el escenario.
Es el caso de Las escalofriantes aventuras de Sabrina o el reboot que Amazon Prime Video está grabando de El Internado: Las cumbres, de la serie de Antena 3 El internado, que se emitió de 2007 a 2010.
¿Saturada/o? La realidad es que la industria seguirá haciendo este tipo de contenidos siempre que estemos dispuesto a pagarlo. Sin embargo, los reboots, remakes y revivals no es algo nuevo. Vuelvo a mencionar Mujercitas para contar que llevan haciéndose remakes del clásico de Alcott desde 1918. Harley Knoles se encargó de dirigir la primera adaptación, muda y en blanco y negro. En total, en 101 años ha habido más de 30 adaptaciones entre películas y series de las hermanas March.
La nostalgia, el gran aliado de la industria
Aún así, eso no explica el bombardeo de contenidos ya vistos. ¿No es contradictorio que cada vez consumamos más productos audiovisuales pero lo industria no pare de reciclar contenido? He contado con la ayuda de Borja Terán, periodista especializado en televisión, para entender este no tan nuevo fenómeno.
El periodista me responde a la pregunta con un no. “Tenemos tanto contenido a nuestra disposición que tenemos muy poca paciencia y muy poca capacidad de retención de todo el producto al que podemos asistir”. Esto se debe nada más y nada menos que a la nostalgia colectiva. Un recuerdo que guardamos con cariño y que no nos hace dudar respecto a qué queremos ver. Queremos revivir la experiencia de nuevo. “Al final, cuando recuperas una producción que está en la nostalgia colectiva se promociona sola porque va directo al recuerdo que tenemos en nuestra memoria con cariño.”
Si algo tienen en común las tres R es que parten de la base de ser un producto que la audiencia ya conoce, en mayor o menor medida, como sería el caso de los reboots.
Fácil, sencillo y efectivo.
Algo ¿más? que dinero
Terán también me cuenta que el presupuesto hace mucho. No es lo mismo promocionar una serie o una película nueva, que algo ya conocido. “Lo que tenemos tatuado en la nostalgia colectiva se vende más fácil que un producto nuevo. Cuesta más lanzar una serie nueva porque requiere explicarla, lanza una campaña de marketing, etc que recuperar un producto. Al hacer un remake de algo mítico, se vende sola y se crea expectación.”, cuenta.
De la caída del mito llega el fracaso
Sin embargo, traer de vuelta algo que en su momento nos fascinó, no siempre es bueno. ¿Qué pasa si 25 años después de su estreno tuviéramos otra temporada de Friends? Tuvo un final perfecto, o no, según para quién. Pero fue una de las series que marcaron los 90 y todavía hoy en día se pide a gritos una reunión de los seis amigos de Nueva York (y ojo, lo que se planea para marzo del año que viene no son nuevos capítulos, simplemente una reunión entre actores que no tendrá guión y que será informal). Han pasado 16 años desde que la serie finalizó y ha dado tiempo suficiente a que crearnos una historia ideal en nuestra cabeza.
Si de nuevo volviese Friends, y Mónica y Chandler se hubieran divorciado, estaríamos ante una nueva crisis mundial. Terán lo explica así: “llegaría la decepción colectiva porque hemos imaginado cómo son esas personajes. No se puede malograr el recuerdo de algo tan mítico. Por eso muchas de ellas han fracasado.”
Se me vienen a la mente Cazafantasmas (Paul Feig, 2016) o Ben Hur (Timur Bekmambetov, 2016). Es mejor no tocar algo si no se hace bien. Porque para terminar con un sabor agridulce y miles de fans cabreados durante una semana, mejor no hacer nada.
Y en España qué
España no querido ser menos y se ha puesto las pilas. Ahora viéndolo con perspectiva, gracias a la charla que he tenido con Borja Terán, las productoras ha echado maña de esta nostalgia de la que hablamos. El año que viene, sin ir más lejos vuelven Los Hombres De Paco, Los Protegidos, Camera Café (en película) y a finales de este año tendremos Física o Química: El reencuentro, dos capítulos nuevos nueve años después.
Los millenials y la Generación Z estamos dando palmas con las orejas.
¿Está Hollywood sin ideas?
La respuesta es no. Pero somos tontos muy tontos y nos gustan las cosas fáciles y en bandeja. Y en esto caso, lo son.
No sabemos qué contenido vendrá, pero que nos resulte familiar, seguro que hay para rato.
🥳 RE -POP- SITO
Repasito pero de pop. Como la semana pasada, pero con nombre.
El jueves tuvo lugar la 21 edición de los Latin Grammy donde Rosalía triunfó one more time, Annuel anunció que se retiraba y Pablo Alborán fue robado otro año más. Dentro de dos días, el 24, se anuncian las nominaciones de los otro Grammy. Todas las miradas están puestas en The Weeknd, Taylor Swift, Fiona Apple, Harry Styles y Dua Lipa, entre otros. Veremos si las predicciones fallan o está todo claro.
Tom Felton no es J.K Rowling, pero como si lo fuera. El actor que interpretó a Draco Malfoy consiguió el solito reunir a casi todo el cast de Harry Potter y la piedra filosofal, para celebrar el 19 cumpleaños del estreno de la película. También se han reunido todo el cast de El príncipe de Bel-Air, 30 años después del inicio de la serie. Podemos llorar.
Dua Lipa y Miley Cyrus han sacado canción. Prisoner es un temazo, pero la canción me recuerda a Physical, de Olivia Newton-John. Y yo solo puedo pensar en Sue Sylvester y Newton-John rodeada de tíos con mallas:
Scooter Braun la ha vuelto a liar. Taylor Swift lleva desde el 2019 luchando por sus seis primeros álbumes. Scott Borchetta (fundador de Big Machine Records, discográfica de Taylor hasta el 2019) le vendió a Scotter Braun (manager de Justin Bieber, entre otros) todos los derechos de la música de Taylor. Sin embargo, desde el 1 de noviembre, puede re-grabar y hacer suyos de nuevo unos álbumes, que por derecho legal, no le pertenecen. Ahora, otra compañía, Shamrock, ha comprado los derechos de Taylor (por segunda vez) y ha querido negociar. Os dejo con el tweet de la propia Taylor que lo explica muy bien, y así yo no me enrollo más.
¡Esto ha sido todo por esta semana!
En primer lugar, quería darle las gracias a Borja Téran por responder mi dm y ayudarme con esto, aún cuando tenía de curro hasta arriba. Esto no tendría ni pies ni cabeza si no me hubiera ayudado a argumentarlo 💖
Sentíos totalmente libres de comentar vuestra opinión. También podéis decirme cuáles son vuestros revivals favoritos o si en cambio, ha habido alguno que os haya decepcionado especialmente. Cada vez que me llega una notificación al correo de que alguien ha dado like o ha comentado, me pongo muy contenta.
Dicho esto, ¡nos vemos el domingo que viene!
Creo que añadiría una cosita más. Con lao remakes de Disney se puede meter más diversidad para las nuevas generaciones al haber dos versiones de una misma obra 🥺
Ay, a mí me encantan los remakes de Disney, es como una oportunidad de ver en el cine lo que en su día no pude y comparar qué cambia y qué no con el paso de los años.
Y por otro lado... De los revival españoles no me oirás quejarme, tengo unas ganas descomunales de que saquen ya LHdP.